jueves, 26 de mayo de 2011

MÉTODO RÁPIDO PARA ACHICAR LA SOBERBIA  cuando se tiene algo de poder, nos creemos “alguien", etc.  ....

                 Encontré este texto y desconozco su autor. Lo comparto con Ustedes             

                La soberbia suele afectar a casi todos los infelices mortales que se encuentran circunstancialmente con alguna cuota de poder. Pero también la tenemos todos: unos se creen geniales, otros se creen víctimas, otros piensan que tienen que ser el centro del universo, otros menosprecian a los demás, otros piensan que tienen que ser escuchados porque siempre es interesante lo que dicen, y mil variantes más. He aquí algunos consejos para enfrentarla.

               Diríjase a una zona rural. Elija el campo que más le guste y desnúdese. Espere a que anochezca. Así, camine hasta que sienta que está en  medio de la soledad más absoluta. Levante la cabeza hacia el cielo y mire las estrellas.

               En ese instante, usted, visto desde el espacio, debe ser algo así como una bacteria instalada en una pelota de fútbol.

               Piense, entonces, que se encuentra parado sobre un minúsculo planeta que gira alrededor del sol y que el sol es sólo una estrella pequeña entre millones de estrellas, algunas de las cuales está viendo y que forman parte de nuestra galaxia.

               Recuerde, además, que nuestra galaxia es una entre los millones de galaxias que desde hace millones de años habitan el espacio.

              Una vez hecho esto, ponga sus brazos en jarra en actitud desafiante, o adopte cualquier otra postura que le parezca oportuna para expresar el inmenso poder que usted tiene, e hinchando las venas del cuello, grite con toda la voz de la que sea capaz “¡yo sí que soy alguien verdaderamente poderoso!, o genial, o soy el centro, o me tienen que considerar más, o .........

             Entonces relájese y espere para ver el resultado. Si ve que algunas estrellas se sacuden, no se preocupe: ¡ES DIOS QUE, A VECES, NO PUEDE AGUANTAR LA RISA!

lunes, 23 de mayo de 2011

Kioskerman.com
        
      Me encantó esta tira, como casi todas las de Kioskerman.  Por si alguno todavía no lo sabe, les digo que Kioskerman es Pablo Holmberg (h), el marido de mi sobrina Lourdes Spotorno. Sus tiras, los libros que ya editó, sus dibujos y sobre todo su contenido, me parecen de un humor delicioso.
      Para ver más, abrí http://www.kioskerman.com/  y te vas a deleitar.

domingo, 22 de mayo de 2011

Lucía Spotorno, en arteBA
 
     Ayer fui con mi hermana Mariquita a la muestra de arteBa en la Rural. Por supuesto que fuimos de cabeza a ver los cuadros de nuestra sobrina Lucía, que se exponen en el stand de Galería del Infinito. Vendió todo... ¡felicitaciones!!!!
     Y como llevamos el arte en las venas, recorrimos pausadamente todo, miramos y admiramos muchas obras lindas...  Otras nos parecieron horribles, pero... ¡hay que respetar al artista! ¡Vaya a saber lo que quiso expresar, o lo que le pasaba en ese momento!
    Fue una tarde entretenida, volvimos cansadas pero contentas, y Mariquita sacó muchas fotos. Aquí pongo dos fotos de cuadros de Lucía.

domingo, 15 de mayo de 2011

lunes, 9 de mayo de 2011

Actitud: Se dice de mi...

               Oveja negra, gorda, loco, enano, vago. Las etiquetas o rótulos que surgen de la mirada de los otros pueden condicionar nuestras vidas.

             Las etiquetas, en la mayoría de los casos, configuran la vida de muchas personas. Para bien o para mal -los rótulos o motes pueden tener connotaciones positivas o negativas-, hay quienes logran desestimar o superar el poder social de los alias, así como otros quedan atrapados en la mirada o creencia de los demás y eso puede condicionar el curso de su personalidad y proyectos vitales.

MOTIVOS PARA REFLEXIONAR
        Algunas sugerencias para tomar conciencia del impacto físico y emocional que implica el acto de rotular a los otros y, en algunos casos, en consecuencia, a nosotros mismos:
  • Meditar acerca del valor y el impacto de las palabras que solemos utilizar.
  • El vocabulario y el tono de nuestro discurso suelen ser los ladrillos emocionales de nuestro hogar; son cimiento en el aprendizaje, el desarrollo y en la salud de nuestros hijos.
  • Antes de quejarnos por los rótulos que pueden adjudicarnos, revisar si no solemos cometer el mismo error con los otros.
  • Si bien alguien puede etiquetarnos con tal o cual característica, somos nosotros quienes podemos inhabilitar el acto. Cada quien desplegará, en tiempo y forma, sus posibilidades. Un primer paso podría ser comunicarle al entorno aquello que nos afecta. Lograr un entorno seguro es fundamental. Cuando creemos que la familia no acompaña, es muy probable que haya alguien que esté cerca, capacitado o dispuesto a ayudarnos (un amigo, un profesor, un terapeuta).
  • Si una fama o etiqueta no nos agrada o creemos que no nos pertenece, demostrarles a los demás -y sobre todo a uno mismo- las capacidades o habilidades que nos permiten devolver las cartas credenciales y revertir la situación.
  • Trabajar sobre los enojos y la ansiedad que pueden sorprendernos durante el proceso de resignificación.
  • Saber perdonar a quien nos haya rotulado o embalado en un paquete equivocado o disfuncional para nosotros; así como saber pedir perdón a quienes hayamos catalogado, ya sea porque los hemos denostado o porque les hemos atribuido dotes, poderes o exigencias extremas.

Por Eduardo Chaktoura (Psicólogo y periodista)
En “Revista”  de La Nación, domingo 08 de mayo de 2011

Video: Un buen chocolate... energía extra

martes, 3 de mayo de 2011

FAMILIA: Comer juntos

Las familias que comen juntas tienen hijos más saludables

Por Cukmi , Martes 3 Mayo 2011 en www.lanacion.com.ar
Esta interesante y sencilla nota fue publicada hoy.  Aunque ya lo sabemos y lo vivimos, siempre es bueno recordarlo y valorarlo
 Foto de Jess Loughborough en Flickr

Según una investigación publicada en la revista Pediatrics, de la Academia Americana de Pediatría, los hijos de familias que comparten 3 o más comidas por semana tienen una dieta más saludable que los demás. La investigación abordó 17  estudios anteriores y evaluó a 182.836 niños entre 2 y 18 años de edad.
Los investigadores encontraron que con esa frecuencia de 3 o más comidas por semana compartidas en familia, los chicos veían reducidas las posibilidades de tener problemas de sobrepeso en un 12%. Además disminuían un 20% las elecciones de comidas que no sean saludables y se presentaba una reducción del 35% en distintos trastornos alimenticios (bulimia, anorexia, uso excesivo de pastillas para bajar de peso). También comprobaron que no sólo se veían reducidos estos factores, sino que además los chicos eran más propensos a comer frutas y verduras  e incluso a hacer críticas sobre el tipo de comida que preparan sus padres en términos nutricionales.

Drogas

Otros estudios demostraron otros aspectos significativos sobre la importancia de que las familias coman juntas. En efecto, según los resultados de una investigación llevada a cabo por el  Centro Nacional de Adicción y Abuso de Sustancias (CASA) de la Universidad de Columbia,  los hábitos de los jóvenes que cenan con sus familias 5 ó más veces por semana son más saludables que los de aquellos que comen con menos frecuencia o nunca. Comparados, la investigación concluye que los jóvenes de familias que no comen juntas al menos cinco veces a la semana incrementan el riesgo de contraer adicciones:
  • Dos veces más propensos a consumir tabaco
  • Casi el doble de propensos a consumir alcohol
  • Una vez y medio más propensos a fumar marihuana